TV del mañana
“Years and years”, el futuro de las series del futuro.
Tv show dónde la tecnología es la principal forma de vida. |
La gran sorpresa que se lleva el público a nivel global con tan solo 6 episodios. Una de las mejores propuestas de HBO llegó a su fin el pasado viernes.
Año: 2019
Género: Miniserie drama/ciencia ficción.
Elenco principal: Rory Kinnear, Emma Thompson, T’Nia Miller, Russell
Tovey, Jessica Hynes, Ruth Madeley, entre otros.
Creador: Russell T. Davies.
Disponible online en: HBO Go y Flow.
En una época repleta de remakes
y referencias a décadas anteriores, un pispeo al mañana como este nos hipnotiza
de ansiedad, miedo y fanatismo. Desde la emisión del primer capítulo se empezó
a comentar por las redes lo curioso que te deja esta propuesta de la cadena BBC
que para Latinoamérica llegó a través de HBO. No es la primera vez que nos
cruzamos con el formato de la distopía con aroma de ciencia ficción. Algunos se
animaron a decir que esta serie es la versión bien lograda de Black mirror. Justamente uno de sus
protagonistas participó de la primera entrega de dicho show que se puede ver
por Netflix. Rory Kinnear interpretó al Primer Ministro que, bajo amenaza, tuvo
que ser transmitido en vivo mientras tiene relaciones con un cerdo. Pero en
este caso se encarga de personificar a Stephen Lyons, el hermano mayor de la
familia que se adelanta hasta el 2032.
No muchas cadenas de televisión
toman estos riesgos, debemos otorgarles ese reconocimiento ya que otro intento
fallido fue Weird city, original de
Youtube Premium. Con un elenco y estética reconocible pero con una trama
olvidable. Frente a la gran competencia entre las plataformas de streaming, la
impecable producción de HBO no suda de nervios sino de esfuerzos valiosos. Con la
despedida de la segunda temporada de Big
little lies, de grandes estrellas al mando, y los huracanes de Game of thrones y Chernobyl, sumemos la reciente encumbrada Euphoria y la presentación de estrenos próximos como Watchmen o His dark materials. Sin duda somos espectadores de uno de los
tanques más poderosos de la televisión. Incluso tienen en etapa de rodaje en
nuestro país, Entre hombres, una
apuesta de calidad con Nicolás Furtado entre los roles principales, recién
salido del furor por El marginal.
Podemos chequear que Russell T.
Davies sabe bien cómo dejar su huella en la pantalla. Y no necesita alardear de
la diversidad que luce reluciente en sus guiones. Desde Queer as folk, el gran dramón homosexual, A very British scandal, el salvavidas de la carrera de Hugh Grant,
y la aclamada e interminable Doctor Who.
La parte más triste de todo esto queda fuera del set. Al final de la miniserie
aparece una dedicatoria a la memoria de Andrew, el marido de Russell. Sufrió los
últimos siete años un cáncer terminal que finalmente no le permitió ver Years and years al despedirse seis meses
antes de su estreno.
Si aún no vieron la serie, es
recomendable que lo hagan antes de continuar leyendo ya que llegó la hora de
los spoilers. Con el talento de Emma Thompson se planta un personaje recurrente
que representa la terrorífica corrupción que tal vez estamos viviendo en la
actualidad. O que se avecina desde un hombre caricaturezco que se nombra durante
la noticia ficticia en la que lanza una bomba nuclear a China. Todo está
decorado como un futuro cercano posible, no roza la fantasía, y esto es lo que
lo hace interesante. Podemos pensar que en realidad, los guionistas solo se
basaron en decisiones políticas globales y predicciones tecnológicas.
La creación de Davies no escapa
de novedades narrativas atractivas y a su vez preocupantes. Por ejemplo, el
personaje de Emma, Viv Rook, candidata en un principio y luego electa Primera Ministra
de Inglaterra, es mediáticamente controversial, atrevida y despectiva. Su presencia
es intermitente y causa tensión cada vez que aparece. La hija de Stephen,
Bethany Lyons, quiere ser “trans-humana”, es decir, depositar su memoria y conciencia
en forma de datos en la nube de internet que le otorgue una vida digital eterna
sin necesitar de su cuerpo físico, pero a mercede del Gobierno. Danny, otro de
los hermanos protagonistas, casado con un hombre, se enamora de un ucraniano
refugiado en el país, con quien luego sufre grandes dramas de inmigración y
discriminación. No tiene desperdicio en intriga de principio a fin.
La familia Lyons vive en una
realidad que viaja desde el 2019 hacia 13 años más. Dónde Donald Trump es
reelecto, fallece la Reina Isabel II, Europa transita una histórica crisis
económica, la inteligencia artificial domina las rutinas, las mariposas se
extinguen y regresan los campos de concentración, entre otras cosas. El retrato
de un futuro al que no le falta mucho. Quizás presenciamos una visión
premonitoria que preferimos disfrutarla con sus excelentes actuaciones y
detalles de producción, que liderando nuestros noticieros.
La presencia de la sabiduría
estuvo personificada por la abuela de los protagonistas, Muriel. Ella es el
pegamento que une la familia, se adapta a todo lo que le toca vivir sin
abandonar sus costumbres tercas. Ella está presente para bajarnos a la tierra y
recordarnos que no estamos lejos de la vida real. En el último capítulo se da
el lujo de monologar sobre el carnaval que cubre ese largo recorrido que
lamenta. Se hace cargo de lo que nosotros todavía no hacemos, pues esos payasos
y monstruos que gobiernan llegan alto gracias a nuestras decisiones. Todo lo
que salió mal es nuestra culpa. Culpamos a la economía, a la oposición, al
clima y a lo que la historia nos dejó. Pero es nuestra culpa porque no hicimos
nada para evitarlo. Y luego de seis horas de ficción frente al televisor
seguimos haciendo lo mismo.
A diferencia de muchos
productos generacionales que vuelven cada año con otra temporada, de las que no
nos podemos quejar, los productores de esta fabulosa miniserie aseguraron que
el final inconcluso pero perfecto que vimos, es definitivo. Seis episodios
fueron suficientes para deslumbrarnos y alertarnos de lo que somos capaces, no
solo como narradores de increíbles ambientes futuristas, sino también de los
desastres que dejamos en el mundo en el que aún vivimos.
Years and years combina nuestro presente socio-político con un futuro distópico pero muy posible. |
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