Sociedad / Caso Villouta

Un caso que se transformó en emblemático y una familia que aún sigue reclamando justicia 


Alejandro Verdenelli atropelló en el Acceso Sur, hace dos años, a un joven que salia de trabajar. Hasta el día de hoy este empresario sigue libre.





El 26 de agosto de 2017, cuando Alan Villouta estaba retirándose de la pizzeria en donde trabajaba en el Centro Comercial La Barraca, al intentar cruzar el acceso sur fue arrollado por una camioneta conducida por Verdenelli, quien además de embestirlo de frente,  lo arrastró unos 15 metros, e irresponsablemente y sin ningún tipo de piedad por el joven, se dió a la fuga.

La triste noticia llegó a sus padres cuando tuvieron que asistir al lugar de los hechos en donde no encontraron consuelo al presenciar la escena del accidente.

 A partir de todo lo que desencadenó esta situación; y para conocer el estado de la causa, es que tomé la decisión de  acercarme a ellos para conversar sobre lo sucedido. Gentilmente esta familia abrió sus puertas del hogar para compartir la cruel realidad y lo que hace la justicia del hombre, el giro que el accidente causó en sus vidas y, aunque parezca mentira, la tranquilidad a pesar del dolor vivido.

                                                                                                                   
Andres Villouta junto a su esposa Andrea y sus hijos relataron todo lo acontecido desde el día del accidente que le costó la vida a su hijo mayor hasta la actualidad.

El juicio aun no tiene una sentencia. Verdenelli fue imputado de homicidio culposo agravado, con posibles condenas de 3 a 6 años, y cuando el año pasado el expediente estaba a punto de elevarse a juicio, el abogado defensor sorprendió y pidió la suspensión de juicio a prueba , lo que  evitaría el debate, y su cumplimiento extinguiría la acción penal contra Verdenelli, quien lograría la absolución.

El pedido fue rechazado por la fiscalía, la querella y los jueces, por lo que el defensor decidió ir a casación y el expediente recaló en la Suprema Corte, en donde todavía permanece sin resolución. Actualmente la familia se encuentra en una organización sin fines de lucro llamada RED DE CORAZONES en donde llegan a familiares o víctimas de accidentes viales con el fin de brindar contención, asesoramiento a la hora de actuar en una situación en donde a veces no se tiene noción de llevar adelante lo ocurrido.

Una de las consecuencias de este accidente,  fue la modificación de la Ley de Tránsito, que endurece  las multas contra conductores alcoholizados, lo cual es un avance pero no el suficiente como para poner un fin a los accidentes viales. Uno de los puntos más controvertidos es la graduación permitida, actualmente en 0,5 gr/lt, y por eso la familia sigue luchando para que se adopte  la tolerancia cero.  Para Andres Villouta " se trata de vidas, no de leyes y el que conduce tiene una responsabilidad de respetar la vida de él, de los que lleva y los de afuera."

Entre otras acciones, los Villouta  juntaron firmas que llevaron al municipio de Guaymallén para la construcción de una pasarela sobre el acceso sur, a la altura donde fue atropellado Alan,  para evitar futuros accidentes viales y también la inseguridad frente a los asaltos diarios que ocurren en estas calles. El pedido esperan que sea aprobado y comiencen antes de fin de año.

Para los que no conocieron a Alan Villouta, era  un joven con proyectos y sueños, trabajador y alegre  muy unido a su familia, compañero y hermano.

Por eso, para que no se pierda ninguna vida más como la de Alan, es necesario tomar conciencia y respetar la vida de los demás. Y el Estado tiene que hacer cumplir las leyes y cargar con todo el peso de la ley sobre quienes irresponsablemente las infringen.

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